Tudor North Flag, herramienta para la aventura

febrero 5, 2021

La aventura contemporánea es una visión neorromántica de nuestra relación con la naturaleza, marcada por el deseo de vivir experiencias al aire libre y donde la dimensión estética juega un papel importante. Esta corriente tiene su origen en la necesidad de actividad y en el deseo de correr determinados riesgos con la naturaleza como telón de fondo.

Fiel a su espíritu pionero, Tudor lleva años presentando sus relojes en el contexto de la aventura moderna. Algunos universos eran ficticios, como el oscuro mundo de las erupciones volcánicas del Fastrider Black Shield, y otros más realistas, como la soleada Costa Azul del Heritage Chrono Blue y la travesía ártica del Heritage Ranger.

Pese a sus diferencias, cada uno de estos mundos representa una aspiración y una promesa de evasión que conduce a la autosuficiencia que solo Tudor puede ofrecer a través de sus relojes más innovadores. Los relojes Tudor aúnan técnica, fiabilidad, relevancia y un gran poder de evocación; una combinación ideal para el aventurero contemporáneo que busca un reloj-herramienta sin más límites que los de su valentía y su imaginación.

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Los extremos más gélidos y remotos del planeta, destino de expediciones y objeto de estudio en universidades pero jamás habitados por el hombre, definen el alma del Tudor North Flag. Un instrumento «científico» minuciosamente acabado con un contenido técnico sin precedentes: el primer movimiento de manufactura Tudor.

Un sólido compañero del aventurero que inicia una nueva era en la historia de la marca.

En 2015, North Flag y Pelagos se convirtieron en los primeros modelos Tudor equipados con movimientos creados y fabricados por la propia marca. La evolución lógica del proceso de desarrollo de Tudor representaba el primer paso de un proyecto industrial de gran envergadura que pretende otorgar una mayor independencia a la marca fundada por Hans Wilsdorf en 1926.

Foto: Tudor.
Tradición basada en la calidad

Desde su origen, la cultura relojera de Tudor ha otorgado el protagonismo a la calidad de sus productos y a la experiencia de quienes llevan el reloj.

Históricamente, la marca siempre ha utilizado movimientos de proveedores suizos a los que exigía una fiabilidad y una precisión impecables. La creación de los nuevos movimientos Tudor se rige por estas mismas exigencias, con el objeto de que los productos de la marca ofrezcan un rendimiento sin precedentes. El nuevo calibre Tudor MT5621 del modelo North Flag garantiza una autonomía impresionante.

Gracias a su reserva de marcha de aproximadamente unas 70 horas, el portador del guardatiempos puede quitárselo un viernes por la tarde y volver a ponérselo el lunes por la mañana sin tener que darle cuerda. Además de indicar las horas, minutos y segundos, tiene una ventana situada a las 3 h en la que se muestra la fecha y un indicador de reserva de marcha en forma de disco en la posición de las 9 h. El calibre Tudor MT5621 oscila a una frecuencia de 28,800 alternancias/hora (4 Hz) y está regulado por un volante de inercia variable con una espiral de silicio, que garantiza su robustez gracias a un puente transversal.

Su mecanismo automático es bidireccional y, por primera vez en un producto Tudor, ha sido certificado por el Control Oficial Suizo de Cronómetros (COSC).

Un instrumento con diseño «científico»

A principios de los años cincuenta, los miembros de la Expedición Británica del Norte de Groenlandia realizaron una serie de experimentos en las condiciones más adversas que puedan existir en la Tierra.

El reloj que llevaban era el Tudor Oyster Prince. En este contexto, sus relojes, de la misma manera que el resto de su equipamiento científico, fueron cruciales para la supervivencia debido a su fiabilidad. El Taller de Estilo Tudor se inspiró en la instrumentación científica a la hora de crear las partes externas en acero y cerámica del Tudor North Flag para reflejar la fiabilidad y la alta tecnología de su movimiento.

Foto: Tudor.

La primera muestra de ello es la decisión de integrar el brazalete en la caja, un tipo de construcción con un matiz sofisticado y de gran calidad, que requiere un modelado especialmente delicado para obtener una ergonomía óptima y una fluidez de líneas perfecta. Angulosa, minuciosa y totalmente satinada para lograr un acabado mate, la carrura del Tudor North Flag crea un efecto técnico, una percepción «científica», suavizada por el refinamiento y la exquisitez de los detalles, características que la marca imprime a todos sus modelos. Por ejemplo, la ligerísima curvatura de su parte superior permite que la luz se deslice para evitar un reflejo demasiado intenso, mientras que el ángulo entre los laterales y la parte inferior, pulido con acabado biselado, intensifica la delicadeza de este modelo.

Foto: Tudor.

La corona sigue la misma lógica, mientras que la forma cónica suaviza su prominencia para garantizar una buena ergonomía. El bisel, con sus acabados satinados circulares, está compuesto por dos elementos que se complementan y encajan a la perfección. La cerámica mate, visible en el lateral, y el acero satinado de la parte superior, se fusionan para expresar el efecto técnico general de este modelo. Por último, el fondo de la caja se abre sobre el movimiento, visible a través de un cristal de zafiro, un detalle inédito en Tudor que revela su nitidez bajo la luz del cristal.

En consonancia con su aspecto exterior, el movimiento Tudor MT5621 también presenta acabados mates que acentúan su precisión, fiabilidad y alta tecnología. Así se aprecia en las grandes superficies pulidas con chorro de arena, embellecidas con detalles o satinadas para lograr un efecto «rayos de sol», así como en el rotor central calado. Dos versiones de brazaletes integrados, concebidos con el mismo espíritu, completan el Tudor North Flag. La primera opción es un brazalete en acero sólido, satinado y con las superficies pulidas entre los eslabones.

La segunda es una correa de piel negro mate, con costuras y forro interior en amarillo. Ambas están provistas de un cierre desplegable Tudor en una versión con acabado satinado e pulido.

Los pilares de la tecnología Tudor

La colección Tudor se basa en dos pilares fundamentales: la tradición y la tecnología. Los relojes, que equilibran con maestría ambos principios, presentan una sutil alquimia de referencias a la historia de la marca y al mundo contemporáneo. En este sentido, y siempre desde un punto de vista experimental en términos de materiales e innovación, el pilar tecnológico de las líneas deportivas North Flag, Pelagos, Fastrider y Grantour presenta un lenguaje estético común, cuya característica más representativa es el acabado totalmente mate. Las carruras satinadas, los detalles pulidos con chorro de arena y los colores mate hacen que la interpretación del objeto sea más importante a través del contraste de texturas que a través del juego de luces. Este es el lenguaje plástico, diametralmente opuesto al enfoque decorativo, cuyo efecto deseado refuerza el aspecto funcional y tecnológico.

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