El vino es uno de los elementos indispensables en una comida social, laboral o simplemente para disfrutar de un buen rato entre amigos.
Hoy puedes encontrar muchas recomendaciones sobre el vino y cómo servirlo y cada vez se utilizan nuevos términos para referirse a todo este proceso.
La Denominación de Origen Rueda te ofrece cinco sencillos consejos sobre el ritual a la hora de consumir vino, con los que sorprenderás a tus acompañantes y parecerás un auténtico winelover.
La temperatura
En el caso del vino blanco, es importante enfriarlo, al menos, cuatro horas antes de abrirlo; sin embargo, debes tomar en cuenta de qué vino se trata, pues puede variar la temperatura. Si son vinos ricos en aromas frutales y florales es recomendable servirlos muy fríos, en torno a los 4-5° C; en el caso de que tengan crianza y un carácter tostado, se podrán servir a 12° C.
Abrir la botella
Para hacerlo como un auténtico sommelier, utiliza un sacacorchos de calidad para evitar que el corcho se rompa. Al abrirla, mantén la botella siempre apoyada y fija en la mesa con la etiqueta visible.
El corcho
Una vez que hayas abierto la botella, se recomienda oler el corcho, su aroma determinará el estado del vino, ya que sus posibles defectos aromáticos se pueden trasladar al corcho.
Observación de colores
Una vez esté el vino servido en la copa, lo ideal es utilizar un fondo blanco para observar su color o elevar la copa a la altura de los ojos siempre manteniéndola en perpendicular. Así podrás valorar sus colores, la lágrima y su rotundidad o suavidad. Es importante que el vino sea transparente y brillante.
Orden de consumo
Es recomendable tomar antes los vinos jóvenes que los envejecidos, los fríos que los atemperados, y los secos que los dulces. Si son del mismo estilo, mejor empezar por aquellos con menor graduación alcohólica.
Por último, debes tener en cuenta la importancia de utilizar las herramientas necesarias para servir un vino blanco correctamente.
En este caso, se debe utilizar una copa de tallo alto y boca abierta para saborear la frescura del vino; un buen sacacorchos, y un cortacápsulas que permita realizar un corte fino y evitar una posible contaminación del vino.
También te recomendamos utilizar una tapa de botella para poder conservar el vino que no se consume y dure más tiempo en tu refrigerador si es que no lo consumes todo en una sola ocasión.
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