Muchas empresas nacen de sueños, la historia de Norte Restaurante nace de la curiosidad de sus socios fundadores: Estela y Andrés. «Cocinamos por curiosidad, para descubrir y reproducir los sabores que nos llevan a casa, con la familia que está lejos o ya no está», dice Estela Jiménez, socia y fundadora del restaUrante.
Estela es licenciada en Artes visuales, quien es una apasionada de la cocina duranguense y quien, junto con Andrés decidió traer a la Ciudad de México este tipo de comida para ofrecerla en Norte restaurante, pero con una propuesta muy innovadora. «Ambos tenemos familia en Durango y nos encantan los platillos típicos de la región. Nuestra historia no es una historia de negocios, estamos aquí por el placer de preparar platillos y que nuestros comensales e invitados vivan y dejen aquí sus experiencias sensibles. Para ello les pedimos que dejen fotografías de los buenos momentos que pasan en Norte Restaurante, como celebraciones de cumpleaños, reuniones con amigos, sus tardes de viernes…».
«Nos encantan los restaurantes, tenemos muchos preferidos. Después de visitar varios, nos dimos cuenta que siempre hablábamos de eso… de la comida, de los detalles, de los sabores, de los ambientes, del servicio», dice Estela.
Con esta motivación, ambos empezaron a planear este proyecto, el cual les tomó un año y medio. Empezaron planeando el menú, el que diseñaron de la misma manera en que lo hacían sus mamás en sus casas, allá en el norte, pues ambos coincidieron en que no podían competir con la capital del taco y la fritanga.
«Estuvimos buscando casi un año un local de estilo casona, y al final lo encontramos en San José insurgentes. Este pequeño local antes era una casa estilo francés con una enorme jacaranda. Como los dos somos arquitectos comenzamos a proyectar las adecuaciones, el estilo, los colores, la iluminación, el ambiente y hasta la música. Afortunadamente somos de gustos muy similares y habíamos trabajado en muchos proyectos de arquitectura, así que todo se desarrolló muy bien y rápido», cuenta Estela.
El lugar cuenta con un mural de plantas cactáceas que es obra mía y que equilibra los acabados de madera, blanco, gris y negro, pero tiene un mural muy colorido alusivo al nopal y al maguey.
El concepto de Norte Restaurante es muy accesible, pues te permiten llevar tu botella y solo te cobran el descorche, mientras que los jueves puedes llevar tu disco negro de vinyl y ponerlo para que todos los comensales lo disfruten igual que tú. «Como Andrés es músico, compositor y bajista, además de ser un apasionado del jazz y de la música de los clásicos, decidimos tener los viernes jazz manouche en vivo«, dice Estela.
«En la cocina desarrollamos un concepto llamado Norte-Lab, que consiste en recetas de temporada que no solo son ricas sino también nutritivas. Descubrimos que no detestábamos las verduras sino su incorrecta cocción o su errada combinación», cuenta Estela. Ambos diseñaron el menú con el fin de equilibrar la alimentación fuera de casa.
Norte Restaurante se va transformando durante el día: «Puedes pasar por un desayuno ranchero norteño, cenar una buena pasta artesanal con vino, reservar el salón completo para un evento con jazz en vivo, o pasar al final de tu día por una cerveza, tal como si estuvieras en un pub», dice la socia. Para ellos el restaurante es como una public house.
La propuesta gastronómica es de tres cocinas, la norteña, la italiana y la de snack en un pub. Obviamente tienen platillos duranguenses como el menudo norteño, con epazote y maíz que revienta, acompañado con chiles de árbol fritos, o los burritos, que a diferencia de los que comemos en México, en Durango son crujientes, aderezados con una imperceptible capa de mayonesa y aguacate. Las gorditas duranguenses han sido un éxito, porque son las originales.
«Elegimos las combinaciones para nuestros comensales, a los que les pedimos que confíen en nuestro gusto. Entre las recetas hay platillos únicos, pues están hechos con productos de temporada», finaliza Estela.
Las delicias de Norte Restaurante pueden acompañarse con un tinto de verano original de la casa, que se prepara con soda, jarabe, un toque de limón con moras, manzana, frambuesas y fresa.
También puedes encontrar opciones de mezcales de Durango y Guerrero, en tres presentaciones:
Shot Baker: solo, acompañado con una rodaja de naranja y chile piquín.
Sister Rosetta: agua mineral, un toque de ginger, hierbabuena y limón.
João Granada: agua mineral y jugo de granada con frutos rojos o granada natural cuando es temporada.
Haz tus pedidos en Rappi, Didi Food o en las redes sociales del restaurante: @norte.rest
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