Tudor introduce la hora internacional en el Black Bay con una nueva función GMT. Este reloj incorpora un distintivo bisel en burdeos y azul, y está equipado con un nuevo movimiento de manufactura.
La casa relojera sigue ampliando la gama Black Bay con un modelo que presenta una complicación de gran utilidad: una función de varios husos horarios, también llamada GMT, que indica, además de la hora local, la hora en otros dos husos. El Black Bay GMT, caracterizado por un bisel giratorio que toma sus tonos azul intenso y burdeos de otros modelos de la línea Black Bay, aunque en una versión mate, es también un guiño a los inicios de esta función de relojería.
Los husos horarios adicionales se indican con una aguja snowflakes roja —rasgo distintivo de la estética Tudor—, que gira alrededor de la esfera en 24 horas, y con un bisel giratorio bidireccional también calibrado para 24 horas. Las 12 horas del día están impresas en la sección burdeos y las de la noche, en la azul.
La caja de acero de 41 mm de diámetro del modelo Black Bay GMT le otorga hermeticidad hasta 200 metros y resistencia a los elementos. El tubo de la corona es de acero satinado —una característica nueva de la línea Black Bay— cuyo fin es crear una armonía estética con la caja y la corona. El contraste de la esfera negra hace que sea legible en todo tipo de condiciones, hasta de noche, gracias a sus marcadores de hora luminiscentes. La esfera incluye un marcador GMT a las 6 horas.
El calibre de manufactura MT5652
Para el modelo Black Bay GMT, Tudor ha desarrollado un nuevo calibre de manufactura —con la referencia MT5652— que añade una funcionalidad adicional a la línea de calibres de manufactura Tudor, toda una demostración de la filosofía de la marca con respecto a los avances técnicos. La integración de funciones nuevas es posible gracias a una arquitectura flexible en lugar de añadir módulos cada vez más complicados. Este detalle, además de ser diferenciador, es casi una obligación para los entusiastas más puristas del mundo de la relojería.
El calibre MT5652 tiene el aspecto y el acabado típicos de los calibres de manufactura Tudor. El rotor troquelado está satinado con detalles pulidos a chorro de arena, mientras que los puentes y la placa principal alternan superficies pulidas a chorro de arena y decoraciones láser. Su estructura ha sido diseñada para garantizar la resistencia, la longevidad y la fiabilidad, igual que hace su volante de inercia variable, mantenido por un puente transversal con dos puntos de fijación.
Gracias a estos detalles de calidad, a los que se suma la espiral de silicio amagnético, este calibre cuenta con la certificación oficial del COSC (Control Oficial Suizo de Cronómetros). Ofrece una reserva de marcha de 70 horas, lo cual quiere decir que el portador del reloj puede quitárselo un viernes por la tarde y volver a ponérselo el lunes por la mañana sin tener que reajustarlo ni darle cuerda.
Un brazalete con remaches
El brazalete del modelo Black Bay GMT se inspira en los brazaletes remachados desplegables de la marca fabricados en las décadas de 1950 y 1960. Estos brazaletes eran reconocidos por tener las cabezas de remache que fijaban los eslabones visibles, además de una estructura escalonada.
Estos dos detalles estéticos se integran en el brazalete del modelo Black Bay GMT, que también se beneficia de métodos de fabricación más modernos para conseguir eslabones más sólidos. Dos diseños adicionales disponibles: correa de cuero marrón «Terra di Siena» y un cierre desplegable o correa de tejido negro con una banda burdeos.
Confeccionada con la técnica Jacquard, un método artesanal creado por una empresa familiar con 150 años de antigüedad de la región de Saint-Étienne, en Francia, esta correa es una característica distintiva de Tudor, una marca considerada pionera en este ámbito.
La esencia Black Bay
Al igual que otros modelos de la línea Black Bay, la versión Black Bay GMT incorpora una esfera inspirada en los relojes de submarinismo Tudor fabricados durante la década de 1950. Además, ha heredado las características agujas de forma angulosa, conocidas por los coleccionistas con el nombre de snowflakes, que aparecían en el catálogo de la marca de 1969. Por último, este nuevo modelo también cuenta con la gran corona a rosca, característica de la primera generación de relojes de submarinismo Tudor, que eran herméticos hasta los 200 metros.
La línea Black Bay es el resultado de la sutil combinación de estética tradicional y relojería moderna. Lejos de ser meros relanzamientos de los clásicos, los modelos de la línea aúnan los más de 60 años de historia de los relojes de submarinismo Tudor al tiempo que permanecen plenamente actuales. Así, su diseño neovintage va acompañado de unas técnicas de fabricación y una fiabilidad, robustez y calidad de acabado que satisfacen los requisitos actuales más rigurosos.
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Un Tudor es para los que se arriesgan
En 2017, Tudor lanzó una nueva campaña con el lema «Born To Dare», que refleja tanto la historia de la marca como lo que representa hoy en día. Cuenta las aventuras de personas que han logrado lo extraordinario en tierra, sobre hielo, por aire o bajo el agua con un Tudor en sus muñecas.
El lema también hace referencia a la visión de Hans Wilsdorf, fundador de Tudor, quien fabricó relojes Tudor diseñados para resistir las condiciones más extremas y concebidos para los estilos de vida más audaces.
Transmite el enfoque único por el que se conoce a la marca Tudor en la actualidad, pionera en el sector de la relojería con innovaciones que se han convertido en toda una referencia hoy en día. El espíritu «Born To Dare» cuenta con el apoyo mundial de embajadores cuyos logros son consecuencia de haber arriesgado en sus vidas.
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