La talentosa actriz colombiana María Fernanda Yepes platicó con VIP Experiences sobre Oscuro deseo, serie original de Netflix que se estrenó en la plataforma de streaming el 15 de julio.
Después de tomar un periodo de descanso que inició poco después de su papel protagónico en María Magdalena (2018), María Fernanda suma un éxito más a su respetable trayectoria con esta colaboración con el gigante rojo y Argos.
Oscuro deseo tiene como protagonistas a Maite Perroni y Alejandro Speitzer, Erik Hayser, Jorge Poza, Regina Pavón y la propia María Fernanda Yepes.
Es una serie bien escrita, cuya historia envuelven misterio, suspenso y erotismo. Si hay algo que llamó su atención para aceptar el papel de Brenda fue eso, la estructura de su personaje y que era fundamental en la trama de la historia.
Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas, durante la producción, pues María Fernanda sufrió un esguince de tercer grado: “Es que me caí, ¿puedes creerlo?, estaba hablando por teléfono dentro de un Uber… Estaba en ese afán del ritmo del trabajo y cuando me bajé, me caí. No supe ni dónde puse el pie”, nos confiesa.
Pero la actriz Colombia supo recuperarse de ese accidente y terminar sin contratiempos mayores su primera colaboración con Netflix. Gracias a eso, hoy te compartimos nuestra entrevista con ella:

Tenías un buen rato sin participar en un proyecto grande, ¿por qué?
Llevo dos años bajándome de la rueda del hámster. Mi último proyecto grande, que era muy importante, fue María Magdalena y lo terminé a mediados de 2018. Después de eso tomé la decisión de tranquilizarme, de bajarme de ese afán del mundo, de esa rapidez e inmediatez. Llevó muchos años trabajando, me encanta y soy workaholic, pero sentí que le estaba regalando mi energía al sistema. Me pregunté, ¿y vivir yo para cuándo? ¿Y disfrutar a mi familia para cuándo? ¿Cuándo voy a disfrutar mi casa?
Con el confinamiento, las plataformas de streaming tomaron aún más relevancia de la que ya gozaban. Dentro de tu gremio, ¿qué te preocupa más sobre esta crisis?
El teatro, si hay algo que a mí me gustaría que nunca dejáramos morir es el teatro. El teatro no debe morir. Con todo esto del COVID-19 me da mucho miedo eso. Ese acto tan bonito de jugártela con un público en carne viva es otro efecto, eso nunca te lo va a dar la tecnología: el contacto humano. En estos momentos, en este oficio es el gremio más afectado.
¿Cómo ha sido para ti promocionar Oscuro deseo en pleno confinamiento?
Fíjate que llevamos tres semanas trabajando bien duro, aunque sí había hecho proyectos que terminaron en la plataforma de Netflix, nunca había colaborado para la empresa directamente, con una serie original. Me tiene sorprendida, el despliegue ha sido enorme, a Oscuro deseo le metieron una promoción muy robusta, en donde llevamos estas semanas dando entrevistas, subiendo videos, apoyándonos entre todos con las redes sociales, ha sido muy interesante.

¿No es raro hacer promoción a distancia? Por ejemplo, ¿no extrañas una alfombra roja?
Sí lo es, pero, ¿sabes?, yo lo estoy disfrutando. Es como ahorita, estoy aquí atendiéndote a ti con atuendo informal y sin maquillaje, ¡qué rico! Para mí es delicioso, hay colegas que disfrutan las alfombras rojas y esas cosas, pero para mí es un poco tediosa toda la parafernalia de vestirme, montarme en tacones y maquillarme; es una parte de mi trabajo que me cuesta un poquito, que no me parece tan divertido. En ese sentido, ¡soy un poquito más hippie!
¿Y qué sí extrañas de una promoción tradicional?
Lo que sí me parece súper triste es que, por el momento, nos quitaron el contacto humano. En la serie formamos un equipo súper lindo, y hoy, por ejemplo, me encantaría estar con mis compañeros, verlos y poderlos abrazarlos. Eso sí me entristece.
Es la primera serie de tu carrera, por lo menos de formato compacto. ¿Qué te pareció trabajar en un proyecto así?
Sin afán de faltarle el respeto a nadie, pero en Latinoamérica nos cuesta mucho salirnos de la telenovela, empezando con que aún no podemos dejar los formatos largos. Por ejemplo, si me preguntas, para mí María Magdalena habría sido mucho más enriquecedora si hubieran compactado la historia a 15 capítulos o que la hubieran hecho por temporadas.
«En un principio, hice casting para el papel protagónico. Cuando lo leí, le dije a mi manager ‘¡Yo necesito ser Alma!, por favor'».
Cuando llegó el proyecto a tus manos, ¿qué te llamó la atención de Oscuro deseo?
En un principio, hice casting para el papel protagónico. Cuando lo leí, le dije a mi manager “¡Yo necesito ser Alma! por favor”, incluso hice un video y luego un call back para ese personaje. Pero bueno, ya por razones que no me corresponden a mí eligieron a Maite, que es una actriz talentosa y es adorable. Te digo que realmente la amé, lo poco que la conocí entendí porqué tiene tantos seguidores, además de su gran trayectoria, es muy adorable.
Tu personaje, Brenda, tiene una participación corta, pero fundamental en la historia. ¿No te brincó aceptar un papel pequeño?
Te voy a ser honesta, en un principio sí lo pensé, pero después reflexioné y dije, “No, no hay personaje pequeño” y menos si la historia está bien escrita. Realmente mi participación es muy puntual, hasta hacíamos bromas de eso en la producción, pero Brenda es muy interesante porque es la columna vertebral de la historia. También acepté porque quería acércame a la empresa, trabajar para Netflix y Argos, nunca lo había hecho. Era una gran oportunidad para mostrarles mi trabajo.
¿Y qué te pareció colaborar con ambas empresas? ¿Hubo algo nuevo para ti?
Tuve muy poca información del personaje, la producción quiso mantener ese misterio con los actores y los guiones. Estoy muy curiosa por terminar de verla, ya que de por sí era interesante en papel. Para mí ese experimento fue nuevo, pero confié en eso, soy súper aventada y dije: “Va, veamos qué pasa”, pero cuando terminé quedé con una desazón de saber qué pasa con la historia, porque tengo que decirlo, esta serie es muy fácil de spoilear.
En la interpretación de tu personaje, ¿hubo algo que te costó más trabajo que en los proyectos anteriores?
Bueno, me pasó algo personal que fue muy divertido: ¡me quebré un pie! Llevaba una semana en el proyecto y después trabajé con un esguince de ligamento de tercer grado.
«Quería acércame a la empresa, trabajar para Netflix y Argos, nunca lo había hecho. Era una gran oportunidad para mostrarles mi trabajo».
¿Por qué dices divertido?
Es que me caí, ¿puedes creerlo?, estaba hablando por teléfono dentro de un Uber. Estaba en ese afán del ritmo del trabajo y cuando me bajé, me caí. No supe ni dónde puse el pie.
¿Se complicaron tus escenas por el accidente?
Lo bueno es usé una bota ortopédica, que te la puedes quitar fácil. Entonces, cuando grababa me la quitaba y lo bueno fue que mi personaje no tenía muchas locaciones. Otra cosa buena es que las cosas difíciles ya lo habían hecho, sí que después de lastimarme lo que seguía eran cosas sencillas y fáciles de resolver, pero sí fue difícil trabajar así.
Queremos pensar que entonces fuiste la consentida de la producción…
Me trataron súper bien, todos en Argos se portaron a la altura y fueron súper lindos conmigo. Me apapacharon, como dicen en México.
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