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Después de tres años de renegociación, el nuevo Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) sustituye al TLCAN y entró en vigor el día de ayer, 1 de julio.
Desde el fin de semana pasado, el Senado y la Cámara de Diputados de México discutieron en sesión extraordinaria reformas a seis leyes para que el país pueda cumplir a plenitud sus compromisos con el T-MEC.
Estas leyes buscan brindar a la industria con normas oficiales mexicanas más claras y sencillas, así como que fomenten la innovación industrial (mejoras en los registros de patentes), o el fomento al desarrollo industrial en el sector farmacéutico.
El T-MEC es en lo esencial, muy similar al TLCAN. El gran triunfo consistió en preservar mayoritariamente las condiciones existentes y en minimizar el propósito original de Trump de transitar de un tratado simétrico a uno que beneficiara sólo a EUA.
El T-MEC es una herramienta de suma importancia, ya que asegura que México seguirá gozando de acceso irrestricto al mercado más grande y competido del mundo.
Conviene recordar que, para llegar aquí, Trump aceptó la importancia estratégica de México para EUA, además de que las modificaciones al texto del tratado permitieron que la mayoría de los demócratas terminara aceptándolo.
No es muy común lograr conciliar por completo requerimientos Republicanos y Demócratas.
El potencial de crecimiento del comercio es alto debido al ya existente proceso natural de integración de cadenas de valor en América del Norte.
Además, ante la batalla por el liderazgo económico y tecnológico entre EUA y China, México luce como un sustituto natural para varios productos chinos.
“…estamos en la entrada en vigor de un tratado que significa una apuesta para el desarrollo futuro de México basado en salarios competitivos y que el trabajo gane (…) basado en la certidumbre sobre el largo plazo para México. Es un hecho mayor”: @m_ebrard sobre el T-MEC pic.twitter.com/UZNzqF1sIV
— Gobierno de México (@GobiernoMX) July 1, 2020
Además, hay posibilidad de que empresas mexicanas diversifiquen sus exportaciones más allá de California, Texas y Michigan (estados norteamericanos en donde se concentra actualmente el intercambio comercial con México).
Así, la entrada en vigor del T-MEC puede ayudar a reducir los impactos negativos en la economía por la pandemia del COVID-19.
México se ha convertido en el segundo proveedor de EUA, sólo detrás de China, y en su primer socio comercial.
Por su parte, México es para EUA el segundo destino para sus exportaciones totales. La implementación del T-MEC, representa una oportunidad histórica para democratizar y capitalizar los beneficios del acuerdo trilateral.
La coyuntura permitiría incorporar a regiones, sectores y mexicanos que no se han beneficiado del libre comercio y propulsar su desarrollo económico.
Con información de CI Banco
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