Tradicional y vanguardista, algunos sitios imperdibles de Japón

febrero 25, 2020

Texto: Laura Carmen Escamilla Soto

Uno de los países que deben estar en tu agenda viajera es Japón, principalmente Tokio, que es el centro financiero del país. 

En esa ciudad, el parque Sumida es un lugar de acceso público paralelo al río del mismo nombre. Situado entre la zona de la Tokyo Skytree y el barrio de Asakusa, al noreste de la capital, el parque resulta un lugar ideal  para relajarse y disfrutar del Hanami con un fondo espectacular, la torre Tokyo Skytree y el llamativo edificio Asahi Beer Hall y su llama dorada.  Aquí, también puedes contratar un crucero nocturno por el río Sumida, un recorrido exclusivo para quienes buscan experiencias únicas.

Otro motivo para visitar Tokio es el festival Seihakusai Dekayama de la península de Noto Kanazawa, la capital de la prefectura de Ishikawa, un estrecho brazo de tierra que sale de la isla principal de Honshu que se extiende a lo largo del mar del Japón. ¿La razón de la visita? Conocer uno de los epicentros de la cultura y el arte durante el período Edo que, al día de hoy, continúa siendo el lugar predilecto de los amantes del arte. En Kanazawa encontrarás museos y talleres de cualquier temática, desde el pan de oro hasta los samurais.

Foto: Japan National Tourism Organization.

Kanazawa se encuentra a casi tres horas de la estación de Tokio en los trenes Kagayaki y Hakutaka, que paran en las estaciones de Nagano y Toyama.

Kenroku-en, el «Jardín de las seis Sublimidades», es uno de los jardines más famosos de todo Japón; es un enorme complejo originario del período Edo y es, en definitiva, una parada obligada en el viaje hacia el Japón más tradicional. No olvides visitar el barrio de Geishas, pasando por el barrio Samurai Katamachi, ubicado a los pies del Castillo de Kanazawa, donde residían los Samurais del clan Kaga.

Foto: Japan National Tourism Organization.

Por su parte, la puerta principal del santuario Oyama, que fue diseñada por un arquitecto holandés, es una mezcla de arte tradicional japonés y chino, con elementos religiosos arquitectónicos europeos. Originalmente, la puerta protegía la entrada al palacio del castillo de Kanazawa y más tarde se trasladó al santuario de Oyama. Este santuario está consagrado a Toshiie Maeda, el primer señor del poderoso Clan Maeda y principal vasallo de Hideyoshi Toyotomi. Fue construido en 1599 por el sucesor de Toshiie, Maeda Toshinaga.

Durante la primavera, el clima te permitirá dirigirte al templo budista Sensō-ji en Tokio, en donde vivirás una experiencia espiritual única, mediante un taller sobre meditación zen. Si eres más yogui, únete a un retiro de yoga para revitalizar tanto el cuerpo como el espíritu. Por supuesto, ningún retiro relajante en Japón está completo sin un baño en uno de los muchos resorts o ryokan de aguas termales.

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