Columna. Contemplando la ecuación
Por Jackie Mortera, Life & Executive Coach
www.jackiemortera.com
En los últimos años solo hemos hablado de los millenials y de todas las caracterísiticas de esta generación.
Sin embargo, ahora se acerca el fin del reinado de juventud millennial –dentro de poco serán parte de la prehistoria– para dar paso a la generación Z, aquellos nacidos entre 1994 y 201).
Como era de esperarse, ya abundan una multitud de etiquetas y descripciones para ofrecer un perfil de este grupo de jóvenes heterogéneo: con hasta 24 años, nacieron en plena era digital y no pueden concebir el mundo sin internet.
“Esta nueva generación, nacida en pleno auge de las redes sociales, iría desde los preadolescentes hasta los jóvenes de poco más de 20 años que comenzarían a entrar en el mundo laboral”, describe en un artículo la profesora de comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Mireia Montaña.
¿Cuáles son las características de esta generación?
Estos son algunos de los datos más relevantes de su supuesto retrato:
También se les conoce como ‘postmillennial’, ‘centennial’, generación K o ‘posbieber’.
Son los verdaderos nativos digitales. Si en su día se habló de que los millennials eran los que más tecnología utilizaban, estábamos equivocados.
La generación Z no recuerda lo que era conectarse a internet a través de un módem ligado a la línea telefónica, cuyos pitidos sordos –unido a las voces de tu padre acusándote de haber cortado su llamada– eran infernales.
No conciben un mundo sin Wi-Fi, YouTube o Instagram, afirma Silvia Sumell, profesora de estudios de psicología y ciencias de la educación de la UOC.
Pueden usar hasta cinco dispositivos a la vez (la media millennial es tres) y son muy dependientes de la tecnología.
Según Neus Soler, experta en marketing y profesora de estudios de economía y empresa de la UOC, la diferencia entre la generación anterior y esta es que “los millennials estaban vinculados al uso de los diferentes dispositivos, mientras que la Z destaca por el uso que hace de la información que le da el aparato”.
Son más recelosos con su intimidad, saben que no deben compartirlo todo. Si el boom de las redes sociales propició que los jóvenes compartiesen hasta los detalles más escabrosos de su intimidad, los que vienen después “son más conscientes de los riesgos e inconvenientes que esto conlleva”.
Están habituados a hacer múltiples tareas y procesar al mismo tiempo varias fuentes de información.
Son más autosuficiente, autodidactas y están muy preparados debido a la época de inseguridad laboral, de crisis económica y extremada competencia.
Demuestran mayor activismo social o se prestan a mayor número de voluntariados.
Tal y como afirman los datos de Young People Omnibus de Ipsos MORI, casi la mitad de las personas de entre 14 y 16 años (46%) en Gran Bretaña aseguran dedicar su tiempo para ayudar a personas de su comunidad en los últimos dos años, en comparación con sólo el 30% en 2005.
Buscan trabajos con flexibilidad de horarios, y desde casa, que les permitan la conciliación con el resto de ámbitos de su vida.
Aunque prefieren carreras de ciencias –tecnología, ciencia, ingeniería o matemáticas–, les gustan los ambientes de trabajos creativos, así como recibir feedback de sus superiores.
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