La aventura contemporánea es una visión neorromántica de nuestra relación con la naturaleza, marcada por el deseo de vivir experiencias al aire libre y donde la dimensión estética juega un papel importante. Esta corriente tiene su origen en la necesidad de actividad y en el deseo de correr determinados riesgos con la naturaleza como telón de fondo.
Fiel a su espíritu pionero, Tudor lleva años presentando sus relojes en el contexto de la aventura moderna. Algunos universos eran ficticios, como el oscuro mundo de las erupciones volcánicas del Fastrider Black Shield, y otros más realistas, como la soleada Costa Azul del Heritage Chrono Blue y la travesía ártica del Heritage Ranger.
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Pese a sus diferencias, cada uno de estos mundos representa una aspiración y una promesa de evasión que conduce a la autosuficiencia que solo Tudor puede ofrecer a través de sus relojes más innovadores. Los relojes Tudor aúnan técnica, fiabilidad, relevancia y un gran poder de evocación ; una combinación ideal para el aventurero contemporáneo que busca un reloj-herramienta sin más límites que los de su valentía y su imaginación.
El Tudor Pelagos es uno de los relojes de buceo mecánicos tradicionales más completos del mercado. Un magnífico ejemplo de reloj-herramienta y símbolo de un estilo de vida llena de aventuras acuáticas.
En 2015, este modelo emblemático se actualizó con un movimiento fabricado por Tudor y una nueva combinación de colores que hace referencia al período más glorioso en la historia de los relojes de buceo de la marca.
Entonces, North Flag y Pelagos se convirtieron en los primeros modelos Tudor equipados con movimientos creados y fabricados por la propia marca. La evolución lógica del proceso de desarrollo de Tudor representaba el primer paso de un proyecto industrial de gran envergadura que pretende otorgar una mayor independencia a la marca fundada por Hans Wilsdorf en 1926.
Tradición basada en calidad y fiabilidad
Desde su origen, la cultura relojera de Tudor ha otorgado el protagonismo a la calidad de sus productos y a la experiencia de quienes llevan el reloj.
Históricamente, la marca siempre ha utilizado movimientos de proveedores suizos a los que exigía una fiabilidad y una precisión impecables. La creación de los nuevos movimientos Tudor se rige por estas mismas exigencias, con el objeto de que los productos de la marca ofrezcan un rendimiento sin precedentes.
El nuevo calibre Tudor MT5612 del modelo Pelagos garantiza una autonomía excepcional. Gracias a su reserva de marcha de aproximadamente unas 70 horas, el portador del reloj puede quitárselo un viernes por la tarde y volver a ponérselo el lunes por la mañana sin tener que darle cuerda. Además de indicar las horas, minutos y segundos en el centro, tiene una apertura situada a las 3 h en la que se muestra la fecha.
El calibre Tudor MT5621 oscila a una frecuencia de 28,800 alternancias/hora (4 Hz) y está regulado por un volante de inercia variable con una espiral de silicio, que garantiza su robustez gracias a un puente transversal. Su mecanismo automático es bidireccional y, por primera vez en un producto Tudor, ha sido certificado por el Control Oficial Suizo de Cronómetros (COSC).
Esta actualización técnica del Tudor Pelagos va acompañada de otra novedad: la introducción de una nueva combinación de colores para la esfera, el bisel y la correa de caucho. Además de la versión original en negro mate, este modelo está ahora disponible en azul mate, el color emblemático de los relojes de buceo de la marca desde los años sesenta, y el elegido por la Marina francesa para que fuera utilizado por todos sus buzos.
En la esfera se muestra la distinción «CHRONOMETER OFFICIALLY CERTIFIED», prueba de la certificación cronométrica del movimiento y con el texto distribuido en dos líneas, así como su nombre: «PELAGOS».
El guardatiempo-herramienta por excelencia
La historia de los relojes de buceo Tudor está íntimamente ligada a su intenso uso entre los profesionales del mundo submarino, concretamente en algunas de las Marinas más importantes del mundo.
Los productos sumergibles de la marca son auténticas herramientas que, a lo largo de los años, han ido evolucionando y adaptándose a las necesidades de estos profesionales. El modelo Pelagos se creó con la intención de integrar esta tradición y se basó en numerosas pruebas llevadas a cabo en condiciones reales en todo el mundo, principalmente en el Lago de Ginebra, próximo a la sede de Tudor, con el objeto de satisfacer las exigencias del buceo más extremo.
La primera de ellas es conseguir una hermeticidad considerable, que el Pelagos garantiza hasta una profundidad de 500 metros gracias a su válvula de helio, esencial para conservar el reloj durante las llamadas inmersiones de «saturación», en las que el organismo de los buceadores se satura con una mezcla gaseosa de helio y oxígeno.
Esta técnica permite alternar períodos de actividad submarina con otros de descanso en la cámara, de modo que la misión no se vea interrumpida por largas fases de descomprensión. Dado que el átomo de helio es la partícula más pequeña que existe, pasado un determinado tiempo logra penetrar en el interior del reloj a pesar de su hermeticidad.
Al final de la misión, la válvula de helio permite que el gas escape libremente del reloj sin dañarlo hasta que termine la fase de descomprensión. Esta es la razón por la que la sobrepresión no afecta de ninguna manera al reloj.
Legibilidad óptima
Otra característica esencial de un buen instrumento de buceo es la legibilidad, y por eso el Pelagos se ha optimizado de diversas maneras. Su esfera presenta unos índices cuadrados de un tamaño considerable, que se complementan con una gran cantidad de material luminoso, lo que garantiza una mayor eficacia y un contraste excelente. La luminiscencia es azul, el único color discernible en grandes profundidades.
Sus agujas se distinguen perfectamente unas de otras a primera vista, sobre todo la horaria, con su característico extremo cuadrado. Esta configuración, conocida como «snowflake» en los círculos de coleccionistas, se convirtió por casualidad en el emblema de los relojes de buceo Tudor fabricados a partir de 1969, lo que vuelve a demostrar que el Pelagos encaja perfectamente en la tradición de la marca.
Con el fin de lograr una óptima legibilidad, el disco cerámico del bisel giratorio unidireccional, fabricado en titanio, presenta unos marcadores luminosos que permiten la lectura incluso en condiciones de visibilidad muy reducidas.
Cierre patentado autoajustable
El modelo Pelagos también destaca por su brazalete de titanio con cierre desplegable, provisto de un exclusivo mecanismo de autoajuste, desarrollado y patentado por Tudor. Este sistema ajusta el brazalete durante la fase de descenso, contrayéndolo cuando la combinación se comprime debido a la profundidad. Durante el ascenso ocurre lo contrario: se reduce el volumen y el brazalete se expande a medida que la presión vuelve a disminuir.
El brazalete de caucho adicional también cuenta con un sistema de alargamiento que permite ajustarlo según el tipo de inmersión que vaya a realizarse.
Finalmente, el titanio fue el material elegido para las partes externas del Tudor Pelagos por sus cualidades intrínsecas, como su ligereza (aproximadamente el 60% del peso del acero para el mismo volumen) y su gran resistencia a la corrosión producida por el agua de mar. La gran funcionalidad del aspecto mate de sus acabados, totalmente satinados, su color y sus matices tecnológicos también son excelentes maneras de expresar un diseño que fusiona los atributos técnicos y profesionales del reloj.
En consonancia con el aspecto exterior del reloj, el movimiento Tudor MT5612 del modelo Pelagos también presenta acabados mate que destacan su precisión, fiabilidad y tecnología de alto nivel. Así se aprecia en sus grandes superficies pulidas con chorro de arena, embellecidas con detalles o satinadas para lograr un efecto «rayos de sol», y en el rotor central calado.
Los pilares de la tecnología Tudor
La colección Tudor se basa en dos pilares fundamentales: la tradición y la tecnología. Los relojes, que equilibran con maestría ambos principios, presentan una sutil alquimia de referencias a la historia de la marca y al mundo contemporáneo. En este sentido, y siempre desde un punto de vista experimental en términos de materiales e innovación, el pilar tecnológico de las líneas deportivas North Flag, Pelagos, Fastrider y Grantour presenta un lenguaje estético común, cuya característica más representativa es el acabado totalmente mate.
Las carruras satinadas, los detalles pulidos con chorro de arena y los colores mate hacen que la interpretación del objeto sea más importante a través del contraste de texturas que a través del juego de luces. Este es el lenguaje plástico, diametralmente opuesto al enfoque decorativo, cuyo efecto deseado refuerza el aspecto funcional y tecnológico.
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