El mundo del golf vive un momento histórico. Mientras algunos torneos buscan mantener su tradición intacta, otros —como LIV Golf— están redefiniendo la manera en que se juega, se transmite y se vive este deporte. Y ahora, hacia el cierre de 2025, la liga vuelve a posicionarse en el centro de la conversación con dos movimientos que podrían marcar el inicio de una nueva etapa: el cambio a un formato de 72 hoyos a partir de 2026 y una alianza estratégica con TrackMan, uno de los gigantes tecnológicos más influyentes del golf moderno.
Son dos anuncios que, aunque distintos, tienen un mismo mensaje: LIV está dejando de ser “la disruptora rebelde” para convertirse en un actor serio, ambicioso y con intención real de quedarse.
Adiós a los 54 hoyos: LIV abraza el formato tradicional de 72
Cuando LIV Golf nació, su identidad giraba alrededor de una idea provocadora: torneos de tres rondas, 54 hoyos, y una experiencia más rápida, explosiva y directa. De hecho, “LIV” significa justamente eso: 54 en números romanos.
Ahora la liga dio un giro completo. A partir de 2026, todos los eventos se jugarán en 72 hoyos, alineándose con los majors y con el estándar competitivo del golf profesional.
¿Por qué este cambio?
Hay varias razones estratégicas detrás:
1. Credibilidad deportiva
El formato de 72 hoyos ha sido, por décadas, el estándar que separa los torneos casuales de los grandes escenarios competitivos. Adoptarlo es una forma de enviar un mensaje claro: “queremos jugar al nivel más alto y bajo las mismas reglas que todos los grandes”.
2. Presión hacia los rankings oficiales
El OWGR (Official World Golf Ranking) ha sido uno de los grandes debates alrededor de LIV. Aunque no hay garantía, alinearse con parámetros tradicionales facilita que la conversación se reactive.
3. Una señal hacia los jugadores
Muchos golfistas quieren competir en entornos que no pongan en riesgo su elegibilidad para majors. Jugar 72 hoyos vuelve el circuito más atractivo para futuros fichajes.
4. Evolución natural del producto
LIV nació como “la alternativa”, pero está mutando hacia “la competencia directa”. Este movimiento lo confirma.
Aunque algunos fans verán este cambio como una pérdida de identidad, otros lo interpretan como el paso necesario para que LIV trascienda la etiqueta de proyecto experimental.
TrackMan + LIV Golf: la revolución tecnológica que faltaba
El segundo anuncio también es grande, aunque en otra dimensión. LIV firmó un acuerdo global con TrackMan, la marca líder en análisis de swing, datos de vuelo de pelota, y simuladores de golf profesionales.
Esta alianza transforma la experiencia en tres niveles:
1. Más datos para transmisiones espectaculares
Los fans podrán ver:
- velocidad de bola,
- trayectoria real del tiro,
- ángulos de lanzamiento,
- dispersión,
- comparativas entre jugadores.
Todo en tiempo real y dentro de la transmisión. Algo que a LIV le urgía para competir con las producciones televisivas más completas del golf tradicional.
2. Experiencias de hospitalidad premium
Las zonas VIP incluirán simuladores TrackMan para que los asistentes vivan el golf con datos profesionales dentro del evento. Esto eleva el estándar de hospitalidad deportiva.
3. Innovación en entrenamientos y práctica
Los rangos de LIV ahora serán equipados con TrackMan, ofreciendo información que antes solo tenían academias o centros especializados.
LIV quiere que su producto no solo sea un torneo, sino una experiencia tecnológica. Y con este acuerdo, lo está logrando.
¿Qué significan estos movimientos realmente?
Taken juntos, estos dos anuncios muestran hacia dónde quiere dirigir LIV su futuro:
- Más seriedad competitiva.
- Más tecnología.
- Más inmersión para el fan.
- Más atractivo para golfistas top.
- Más presión para que el ecosistema global del golf evolucione.
La liga ya no está solamente “rompiendo reglas”: está construyendo las suyas para consolidarse en el panorama mundial.
Estos movimientos de LIV Golf son señales claras de madurez. La liga entendió que la innovación no está peleada con la estructura, y que para competir de verdad con los grandes, tenía que adoptar ciertos estándares. El cambio a 72 hoyos es simbólico pero poderoso: deja atrás la idea de ser “el experimento” y se convierte en un circuito que quiere reconocimiento deportivo real.
La alianza con TrackMan, por otro lado, es brillante. El golf moderno vive de los datos, la experiencia y el entretenimiento. Integrar tecnología avanzada en los eventos y en las transmisiones no solo eleva el espectáculo, sino que posiciona a LIV como la liga que está mirando hacia adelante mientras otros siguen protegiendo el pasado.
En resumen: LIV dejó de ser solo un disruptor. Ahora es un competidor serio, con visión clara y movimientos estratégicos inteligentes. Y si siguen en este camino, no sería sorpresa verlos liderar la conversación del golf en los próximos años.