Al volante de su fiel Porsche 356 A de 1956, Renée Brinkerhoff se prepara para la etapa final de su Proyecto 356 World Rally Tour, una iniciativa que busca disputar en un auto clásico siete rallys emblemáticos en siete continentes para crear conciencia y recaudar fondos para combatir el tráfico de niños en todo el mundo.
Hasta ahora, ha corrido en seis continentes, incluidos Norteamérica, donde disputó la Carrera Panamericana, en México, y Suramérica, donde participó en el Rally Caminos del Inca, en Perú. En enero de 2021 se enfrentará al que podría ser su desafío más difícil hasta el momento, ya que llevará su Porsche hasta donde nadie ha conducido antes: la Antártida.
El nacimiento de un sueño
Durante la mayor parte de su vida, nada apuntaba a que esta madre de cuatro hijos residente en Colorado se fuera a embarcar en una aventura de tal calibre. Pero un buen día, una vocecita en su cabeza comenzó a decirle que debía subirse a un auto de carreras. Supo cuál sería esa primera vez cuando vio a aquel pequeño coupé deportivo alemán que el primo de su marido había comprado para restaurar.
“Era un 356. Nunca había visto uno antes y justo coincidió con el momento en el que me di cuenta de que quería competir”, dijo Brinkerhoff. “Me enamoré del Porsche y pensé que era exactamente lo que necesitaba. Ni siquiera miré otro auto”.
Se hizo con su 356 en 2011 y al año siguiente ya estaba corriendo ese agotador rally que es la Carrera Panamericana, aunque con otro auto. A partir de aquí, empezó a preparar su Porsche para obtener todo el potencial posible y cumplir con las regulaciones impuestas por las organizaciones de los certámenes más importantes. Primero llegaron un motor y un sistema de suspensión personalizados, luego lo hicieron la jaula antivuelco y el depósito de combustible. Y, finalmente, se sumó una eficaz caja de cambios de cinco velocidades que permitía afrontar los tramos disputados a mayor altitud con mejores prestaciones.
Pero claro, no bastaba con tener un auto ganador. También su piloto debe ofrecer garantías si la meta es obtener buenos resultados. “Por aquel entonces no sabía pilotar un auto de carreras”, dijo Brinkerhoff, quien asistió a clases en la escuela Porsche Track Experience para desarrollar sus habilidades. En el asiento derecho tuvo a un gran instructor: Hurley Haywood, el piloto de resistencia más laureado de Estados Unidos.
Un debut poco habitual en competición
En 2013, a la edad de 57 años, Brinkerhoff llegó nuevamente a la Carrera Panamericana, esta vez para competir con su 356, que estrenaba preparación. El famoso rally tiene fuertes raíces en la historia de Porsche, ya que ha dado nombre no uno, sino a dos modelos, el Carrera y el Panamera, que conmemoran los principales éxitos de la marca con el 550 Spyder en los inicios de esa prueba.
Sin apenas haber probado su auto, que había estado en desarrollo hasta pocos días antes, Brinkerhoff se embarcó en ese particular viaje de 3,200 kilómetros para, después de siete días a fondo, terminar ganando en su categoría, convirtiéndose así en la primera mujer en hacerlo. Al año siguiente volvió y finalizó en segunda posición de su clase, y en un impresionante decimocuarto puesto en la general.
En 2015 nació el equipo Valkyrie Racing, con el nombre de las mujeres de la mitología nórdica que llevaban a los guerreros caídos al Valhalla. Esto marcó un punto de inflexión en su carrera, aunque recuerda que aquel año de estreno tuvo uno de sus mayores sustos al volante.
En una etapa de la Panamericana, tras realizar una maniobra evasiva para evitar atropellar a un grupo de espectadores, acabó teniendo un aparatoso accidente. Al parecer, una presión inadecuada en sus neumáticos pudo ser la causa, al menos en parte, de este desenlace. No obstante, y gracias a la ayuda de un espectador local, pudo volver a la carrera para finalizarla.
A la conquista del mundo
Tras un año sabático de reflexión, Brinkerhoff volvió a la carga con un doble movimiento empresarial que marcaría el devenir de su futuro. Por una parte, el equipo de carreras creó una nueva rama denominada Valkyrie Gives para ayudar a mujeres y niños en situación de riesgo; por otra, comenzó a perfilarse el Proyecto 356 World Rally Tour.
A medida que la escala de la aventura crecía, los expertos en rallys de Tuthill Porsche, con sede en Reino Unido, entraron en juego para preparar su 356. En 2017 volvió a disputar la Carrera Panamericana y, de nuevo, volvió a ganar su categoría. Brinkerhoff pisó el acelerador a fondo en 2018, primero viajando hacia la Targa Tasmania en Oceanía y luego elevándose hacia la Cordillera de los Andes para disputar el Rally Caminos del Inca.
Al año siguiente, el protagonismo sería para Asia y Europa en el Rallye De Pekín a París. Para completar la década, la estadounidense afrontó el Rally Safari de vehículos clásicos en África Oriental en su temporada más lluviosa de los últimos 40 años.
Valkyrie Racing cruzó la línea de meta en África y se convirtió en el único equipo conducido por mujeres en hacerlo. “Más que estar en el podio, esa experiencia de equipo y el hecho de tener la capacidad de generar cambios positivos en la vida de las personas, ha sido para mí lo más gratificante”, dijo Brinkerhoff.
«¡No podemos prepararnos!»
Decidida a continuar su trabajo para Valkyrie Gives, que ha recaudado casi 200 000 dólares hasta la fecha, Brinkerhoff ahora quiere cumplir la promesa inherente al nombre del Proyecto 356 World Rally Tour. Esto significa correr por todos los continentes, de los cuales, solo le queda uno por pisar. No habrá multitud de vítores y no habrá más competidores cuando Brinkerhoff llegue a la Antártida en enero de 2021. Valkyrie Racing se está aventurando hacia lo desconocido.
El objetivo del éxito lo establece Brinkerhoff y plantea un desafío adecuado a su ambiciosa personalidad: 356 millas en las condiciones más difíciles imaginables. No solo eso, al mismo tiempo intentará batir un récord de velocidad en tierra.
“No nos estamos preparando. No podemos hacerlo”, se ríe, aludiendo al hecho de que nada puede realmente simular las sorpresas de la Antártida. Aun así, “la preparación es anticipación”, como ella dice, por lo que ha practicado la conducción sobre hielo para perfeccionar sus habilidades.
Mientras tanto, el Porsche 356 de 1956 está siendo modificado para poder moverse por esos terrenos hostiles con solvencia. Así, le han cambiado sus cuatro ruedas en virtud de esquíes en el eje delantero y orugas en el trasero. También le están reduciendo el peso en la medida de lo posible para que no se hunda en el hielo y le han cambiado su color plateado original por uno rojo que hará más fácil su identificación sobre el terreno.
Finalmente, el equipo está preparando medidas de sustentabilidad. Por ejemplo, están instalado paneles solares en la barra que ubicaron en el techo del auto para evitar que se hunda en alguna grieta en el hielo. De igual manera, están tomando medidas de compensación de carbono para garantizar que todo el Proyecto 356 World Rally Tour sea carbono neutral.
Como si competir con un automóvil clásico no presentara suficientes obstáculos en sí mismo, hubo un bache en la carretera que nadie podría haber previsto: la crisis del coronavirus, que ha complicado la planificación, particularmente cuando se trata de suministro de repuestos y logística. Brinkerhoff todavía confía en que Valkyrie Racing llegará a la Antártida en enero, en la pequeña ventana que ofrece la Antártica cuando el hielo esta estable, para afrontar la etapa final de la gira mundial.
Sólo el tiempo dirá lo que depara el futuro a Renée Brinkerhoff después de que termine su gira por los siete continentes. Sin embargo, una cosa es segura: se trata es una corredora con determinación, por lo que sabe que hay muchos más kilómetros por delante. Como ella dice, con una sonrisa irónica: “Todavía no he terminado”.
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