Chopard L.U.C Flying T Twin Perpetual y Lunar One: Dos Iconos de la Alta Relojería para Coleccionistas

marzo 6, 2025

La Maison des Artisans de Chopard ha demostrado, a lo largo de los años, una dedicación inquebrantable a la sofisticación y precisión en la alta relojería. Su meticuloso trabajo ha logrado capturar la esencia del tiempo en cada una de sus creaciones, convirtiéndolas en piezas codiciadas por coleccionistas de todo el mundo. Esta vez, la firma suiza presenta dos excepcionales modelos dentro de su colección L.U.C, que no solo representan la máxima expresión del savoir-faire relojero, sino que elevan el listón en términos de innovación y elegancia.

Por un lado, el L.U.C Flying T Twin Perpetual, una obra maestra que fusiona un tourbillon volante con un calendario perpetuo en un diseño sin precedentes. Por otro, el L.U.C Lunar One, un reloj con fases de la luna astronómica y una estética renovada que mantiene su estatus como uno de los modelos más exclusivos de la maison.

Ambos relojes son ejemplos de la maestría artesanal que distingue a Chopard y, sin duda, representan un deseo inmediato para los amantes de la alta relojería.

L.U.C Flying T Twin Perpetual: La Revolución de la Complicación Relojera

El Flying T Twin Perpetual no es solo un reloj, es la culminación de años de desarrollo técnico y creatividad. Esta pieza logra un equilibrio impecable entre la tradición y la innovación, integrando dos de las complicaciones más apreciadas en la relojería: un tourbillon volante y un calendario perpetuo con gran fecha.

Su motor, el calibre 96.36-L, está compuesto por 319 piezas y se convierte en el reflejo del conocimiento acumulado por Chopard desde 1996. Gracias a la tecnología Chopard Twin, que incorpora dos barriletes superpuestos y un microrrotor de oro de 22 quilates, el reloj garantiza una reserva de marcha de 65 horas, algo sorprendente para una pieza de esta complejidad.

En cuanto a su diseño, la caja de oro ético amarillo de 18 quilates presenta un diámetro de 40.5 mm y un grosor de 11.6 mm, lo que le otorga un porte sofisticado y equilibrado. La esfera, en un profundo Verde Bosque, ha sido decorada con la técnica de guilloché a mano, realzando aún más su exclusividad.

El calendario perpetuo de esta pieza es una maravilla de la ingeniería, pues no necesitará ajustes hasta el 1 de marzo de 2100. Esto no se debe a una falla del mecanismo, sino a las propias reglas del calendario gregoriano.

La combinación de materiales, acabados de altísima calidad y certificación de Punzón de Ginebra lo convierten en una joya codiciada por cualquier coleccionista que valore la precisión y la belleza en su máxima expresión.

L.U.C Lunar One: Un Clásico que Evoluciona

Desde su lanzamiento en 2005, el L.U.C Lunar One ha sido uno de los modelos más apreciados dentro de la colección L.U.C. Su más reciente versión mantiene su legendaria precisión, con un desfase de tan solo un día cada 122 años, posicionándolo entre los relojes más exactos del mundo.

Impulsado por el calibre L.U.C 96.13-L, este modelo cuenta con una característica única en su categoría: una fase lunar orbital con ventana giratoria, que muestra la Osa Mayor en el hemisferio norte y la Cruz del Sur en el hemisferio sur.

Su caja, disponible en oro ético blanco o rosa de 18 quilates, tiene un diámetro de 40.5 mm, mientras que su esfera, decorada con guilloché a mano, se ofrece en dos colores: azul oscuro y salmón. Esta combinación de materiales y diseño reafirma su estatus como una de las piezas más emblemáticas de la alta relojería.

Otra de sus grandes innovaciones es su microrrotor de oro macizo, que se encuentra completamente integrado al movimiento. Esto no solo permite que el reloj sea más delgado, sino que ofrece una vista sin obstrucciones del fascinante mecanismo a través del cristal del fondo.

Por supuesto, el Lunar One también cuenta con la certificación Punzón de Ginebra, asegurando su calidad y exclusividad.

Chopard ha logrado una vez más sorprendernos con dos relojes que combinan arte, ingeniería y un legado inquebrantable en el mundo de la alta relojería.

El Flying T Twin Perpetual es una declaración de innovación, donde cada componente ha sido diseñado con un propósito específico: lograr una precisión impecable sin renunciar al refinamiento estético. Su esfera en Verde Bosque y su tourbillon volante lo convierten en una pieza que equilibra a la perfección la tradición con la modernidad.

Por otro lado, el Lunar One es un clásico renacido, que demuestra que la precisión y la estética pueden evolucionar sin perder su esencia. La inclusión de la fase lunar orbital y su renovado diseño lo reafirman como una de las referencias más icónicas de Chopard.

En definitiva, ambos modelos representan la cúspide de la relojería contemporánea, y no es exagerado decir que cualquier coleccionista que busque la máxima exclusividad y sofisticación debería considerar agregar uno –o ambos– a su colección.

Si buscas una pieza única que combine elegancia, innovación y excelencia artesanal, en MLW encontrarás los mejores y más exclusivos relojes, incluyendo marcas como Chopard y muchas otras referencias que definen el verdadero lujo. Porque al final, un gran reloj no es solo un accesorio, es una obra de arte que trasciende el tiempo.

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