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Motor

El día que Checo Pérez tocó el cielo

Texto: Víctor Galván J.

Sergio Pérez soñó con ganar un Gran Premio de Fórmula 1 por más de 20 años. Comenzó en el kartismo siendo un pequeño, imitando el camino impuesto por su hermano mayor, Antonio, y poco a poco fue descubriendo su talento y su hambre de velocidad.

Sus primeros éxitos se dieron en el kartismo, ganando pruebas en los campeonato estadounidenses y finalmente dio el salto a la Fórmula Barber Dodge. Tras dominar el campeonato brincó a la Fórmula BMW Alemana, con apenas 15 años, y la temporada siguiente debutó en la peleada British Formula 3.

Ahí comenzó a deslumbrar al mundo al conseguir el campeonato de la clase B con un auto inferior, lo que le permitió subir a la World Series, y posteriormente, a la GP2, la antesala de Fórmula 1.

Tras ganar Mónaco en GP2 y terminar como subcampeón, Pérez estaba listo para debutar, en 2011, con el modesto equipo Sauber, famoso por seleccionar talentos, como Kimi Räikkönen.

Con Sauber logró ser parte de la Ferrari Driver Academy, y obtuvo sus primeros podiums, lo que le valió ser contratado por McLaren (2013), lamentablemente en el peor año de la escudería en la historia.

Sergio fue brutalmente criticado por la prensa internacional. Tras las acusaciones (hoy sabemos, injustas), se pensaría que el mexicano dejaría la serie, pero recibimos la primera lección de temple del tapatío, quien bajo el eslogan “Never Give Up” (Nunca rendirse) consiguió entrar al pequeño equipo Force India.

Ahí vimos una reinvención del mexicano, nuevos podiums y la madurez que necesitaba. Desarrolló habilidades que le permiten administrar los neumáticos y atacar en el momento preciso. Se ha convertido en un piloto cerebral y que echa mano a los recursos.

A mitad de la temporada de 2020 recibió una de las peores noticias. A pesar de tener un contrato con Racing Point (antes Force India), el equipo decidía dejarlo fuera de su estructura para 2021, al optar por el tetracampeón Sebastian Vettel, quien sería una mejor imagen para el nuevo dueño del equipo, Aston Martin.

El momento anímico podría ser devastador para cualquier piloto, pero no para Checo, quien en las últimas carreras ha demostrado ser uno de los mejores cinco pilotos de la parrilla, con una racha de 18 carreras consecutivas en los puntos, y podiums.

Finalmente, tras un arduo camino de 10 temporadas en Fórmula 1, el tapatío ha colocado su nombre al lado del legendario Pedro Rodríguez, como los únicos mexicanos en obtener el triunfo en un Gran Premio de la máxima categoría.

Foto: Racing Point F1 Team.

Este domingo Checo arrancó en la quinta posición, y unos metros después de la largada, al atacar una curva para ascender a la segunda posición, fue golpeado por el Ferrari de Charles Leclerc. Ese contacto le llevó al último lugar de la contienda.

Poco a poco comenzó a remontar posiciones. Rebases que además de temerarios, eran quirúrgicos, en un pequeño trazado en el Barhain International Circuit, primera sede del Gran Premio de Sakhir.

Así, con la paciencia de un monje y una agresividad de un soldado, Checo avanzaba lugares, sorprendiendo al mundo del automovilismo. En la vuelta 63, de 87, los Mercedes de George Russell y Valtteri Bottas entraron a fosos para su último cambio de neumáticos, y tras una falla del equipo Checo ascendió al primer lugar.

Fueron vueltas en las cuales mostró temple y una perfección que le llevó a tocar el cielo, a conseguir su primera victoria en la Fórmula 1, esa que le coloca en el selecto club de mexicanos ganadores, al lado del legendario Pedro Rodríguez, quien lo consiguiera en dos ocasiones (Sudáfrica 1967 y Spa 1970).

Checo lo había logrado. Tras un camino de más de 20 años en los motores y 10 en Fórmula 1, finalmente llegaba la recompensa, justo en el peor momento administrativo de su carrera, cuando no tiene un asiento para 2021, pero goza de su mejor desempeño.

Sakhir siempre será recordado por los mexicanos no sólo como el Gran Premio donde Checo llegó a 10 podiums, sino donde dejó de ser “un mexicano más en la Fórmula 1”, para convertirse en leyenda.

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