Columna. Contemplando la ecuación
Por Jackie Mortera, Life & Executive Coach
www.jackiemortera.com
El trabajo es el lugar donde pasamos gran parte de nuestro día a día y en donde podemos sentir emociones más intensas y frecuentes –aún en esta pandemia, ya sea en el home office o presencial–.
Las emociones nos pueden perjudicar en lo laboral, provocan que nuestro trabajo y/o las laborales no merecen la pena debido a que están ensombrecidas por la ansiedad, los conflictos, la ira, la insatisfacción, etc.
Sin embargo, el problema no está en las emociones, sino en cómo las entendemos y las gestionamos.
Nunca debemos ignorarlas
A pesar de lo que creemos, las emociones son parte de nuestra vida diaria y están todo el tiempo en nuestro pensamiento.
Siempre están ahí, influyendo en tus interpretaciones, decisiones, y en cada acción y relación humana.
Antes se decía que en el ambito laboral las emociones no tenían que existir, debían quedarse fuera del trabajo.
Afortunadamente los tiempos cambian y se ha demostrado que la salud mental y la emocional del talento humano es lo más importante.
Todo pasamos por distintas emociones durante el día. Las emociones son parte de nuestro ser y son necesarias, ya sea las positivas (alegría, seguridad, orgullo, felicidad, entre otras), como las negativas (ira, ansiedad, angustia, insatisfacción, tristeza, apego, entre otras), y son totalmente necesarias.
Lo malo es cuando éstas se vuelven tóxicas.
Cuando una emoción se convierte en una constante en nuestra personalidad, cuando domina nuestra vida, nuestro entorno y nuestra conducta, se vuelve una emoción tóxica.
Es ahí cuando debemos de ver cuáles son sus detonantes, además de analizar el momento en el que empieza y dónde termina.
Una de las emociones tóxicas más frecuentes es la ansiedad, tanto dentro como fuera del entorno laboral.
Una persona que está sometida a mucho estrés, altas responsabilidades o demasiadas, falta de seguridad en su desempeño, entre otras –y aunado a las causas personales– son las principales causas de ansiedad.
Hay que hacer un análisis de qué la provoca antes de que se vuelva un problema crónico y que incluso afecte físicamente.
¿Cómo darles la vuelta a estas emociones tóxicas?
- Revisar el historial de eventos que provocan esa emoción.
- Tratar de cambiar el momento en el que te sientas amenazado por la misma y mentalmente asociar un pensamiento diferente.
- No ver noticias todo el día de lo malo que nos va a pasar, de la situación del mundo, etc.
- Rodéate de gente positiva y que sume en tu vida, en lugar de restar.
- En el momento que necesites puedes pedir ayuda.
Recuerda que, en cuanto a alas emociones, sólo tú las puedes controlar y sabes hasta dónde las dejarás llegar.

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