Cuando Chanel lanzó el J12 en el año 2000, rompió con todo lo establecido. No era común que una maison de alta costura apostara tan decididamente por la relojería técnica, ni mucho menos con una propuesta que desafiara las convenciones estéticas de la época. Con su innovador uso de cerámica negra —y posteriormente blanca— en la caja y el brazalete, el J12 se posicionó como un objeto de deseo instantáneo. Ahora, 25 años después, la maison francesa escribe un nuevo capítulo con el J12 Bleu, una edición en azul profundo que lleva el legado a otro nivel.
El color del tiempo
El azul no es cualquier elección. Chanel ha invertido cinco años en desarrollar este tono, y no por capricho: colorear la cerámica con la profundidad, luminosidad y durabilidad necesarias es un reto técnico mayúsculo. Este azul no solo es intenso; es atemporal, sobrio y elegante, pero a la vez disruptivo. En palabras de Frédéric Grangié, presidente de Relojes y Joyería Fina de Chanel, “el que lanzamos al mercado tenía que permanecer”. Y este azul, sin duda, ha llegado para quedarse.
Las nuevas referencias del J12 Bleu no se limitan a una única versión: hay nueve configuraciones distintas, incluyendo modelos de alta relojería que combinan el tono azul con zafiros, tratamientos PVD en negro y tourbillons engastados con diamantes. Esta amplitud garantiza que tanto los coleccionistas experimentados como los nuevos entusiastas encuentren una pieza que los seduzca.
De un sueño personal a un clásico moderno
La historia del J12 comienza con Jacques Helleu, entonces director artístico de Chanel. Quería crear un reloj que se alejara de los códigos tradicionales de la marca —camelias, perlas, romanticismo— y se acercara más al lenguaje del diseño técnico. Se inspiró en las líneas de los yates de regata de la Clase J, famosos por su elegancia funcional, y bautizó su creación con el nombre de esta clase de competición náutica.
El resultado fue un reloj unisex, deportivo pero sofisticado, que desdibujó las líneas entre relojería masculina y femenina, y que con el tiempo se transformó en un símbolo de la relojería contemporánea.
Evolución mecánica: el salto a la manufactura
En 2019, Chanel reafirmó su apuesta por la alta relojería con la incorporación del Calibre 12.1, un movimiento mecánico de manufactura propia desarrollado en colaboración con Kenissi, firma suiza cofundada por Chanel y Tudor. Este calibre cuenta con certificación COSC, lo que garantiza su precisión y fiabilidad. Con esta mejora, el J12 dejó de ser solo un icono de estilo para convertirse también en un reloj admirado por los conocedores más exigentes del mundo relojero.
Este paso consolidó la reputación de Chanel como una casa seria dentro del universo horológico, y comenzó a atraer la atención de coleccionistas de alto perfil. Un ejemplo ilustrativo es el empresario Kevin O’Leary, conocido por su participación en el programa Shark Tank, quien recientemente adquirió una pieza única de Chanel por casi 250,000 dólares en una subasta de Phillips.
Un nuevo público, una misma esencia
El J12 Bleu no solo ofrece una reinterpretación visual del modelo, sino que propone una nueva manera de habitar el tiempo. Su acabado mate, su tonalidad satinada y su presencia elegante abren la puerta a un público más amplio, pero sin perder la esencia que ha definido al J12 durante más de dos décadas.
Como afirma Grangié, “el J12 evoluciona, pero con el mismo modelo y diseño de referencia durante 25 años, empieza a tomarse en serio”. Y razón no le falta: Chanel ha sabido mantener el equilibrio perfecto entre respeto por su legado y voluntad de innovación.
La transformación del J12 en azul no es solo un homenaje cromático, es un gesto calculado y poético que consolida a Chanel en el mapa de la alta relojería moderna. En un mundo donde las colaboraciones efímeras y los lanzamientos constantes dominan, Chanel apuesta por la persistencia del diseño y la profundidad conceptual. Que una casa de moda logre mantenerse fiel a un mismo modelo durante 25 años, sin ceder a las modas pasajeras, y aún así renovar su atractivo, es una hazaña admirable.
El J12 Bleu es una prueba de que el verdadero lujo no está en la novedad por sí misma, sino en la capacidad de reinventarse sin perder la esencia. Chanel ha demostrado que sabe hablar el lenguaje del tiempo, y lo hace ahora en un tono que resuena con fuerza y elegancia: el azul eterno.
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