Salida de Christian Horner de Red Bull: qué cambia para la escudería líder de la Fórmula 1

julio 10, 2025

Red Bull Racing ha puesto fin a la era de Christian Horner, quien fue removido de su puesto como director del equipo con efecto inmediato en julio de 2025, tras casi dos décadas al mando. El anuncio, que para muchos aficionados fue sorpresivo, venía gestándose desde hace meses dentro de la estructura del equipo, afectado por conflictos internos, escándalos recientes y un rendimiento deportivo que dejó de ser intocable.

De figura clave a peso institucional

Horner fue nombrado jefe de equipo en 2005 cuando Red Bull adquirió Jaguar Racing. Su llegada fue el primer paso en una transformación que llevó a la escudería de ser un proyecto emergente a convertirse en una de las dinastías más dominantes de la historia de la Fórmula 1. Bajo su gestión, el equipo logró 6 campeonatos de constructores y 8 de pilotos, incluyendo cuatro títulos de Sebastian Vettel (2010–2013) y cuatro consecutivos de Max Verstappen (2021–2024).

Sin embargo, lo que una vez fue celebrado como liderazgo firme y estratégico, con el tiempo se transformó en una figura centralizadora y polémica. La gestión de Horner, especialmente en los últimos años, acumuló tensiones con figuras internas clave, como Helmut Marko y el entorno familiar de Verstappen, y terminó afectando la estabilidad del equipo a todos los niveles.

Escándalos, presiones y una caída de rendimiento

En 2024, Horner enfrentó una investigación interna por conducta inapropiada, un caso que aunque resultó en su absolución por parte de Red Bull GmbH, dejó fracturas visibles en la estructura del equipo y una ola de desconfianza tanto interna como mediática.

A eso se sumó una caída en el rendimiento. Red Bull pasó de arrasar en 2023 a ocupar el cuarto lugar en el campeonato de constructores en 2025, con solo dos victorias para Verstappen en la temporada y un rendimiento por debajo de lo esperado frente al crecimiento de McLaren, Ferrari y Mercedes. Esta baja en resultados amplificó las fricciones ya existentes.

Dentro de la escudería, el ambiente se volvió insostenible. La presión sobre Horner creció no solo por lo que ocurría en pista, sino por su estilo de liderazgo y los daños colaterales de su permanencia. Finalmente, la decisión fue tomada: Christian Horner fue despedido oficialmente en julio de 2025.

Una nueva dirección para Red Bull

Con la salida de Horner, Laurent Mekies, quien estaba al frente del equipo filial Racing Bulls, fue nombrado nuevo CEO de Red Bull Racing. Su llegada representa un giro hacia una estructura más horizontal y menos personalista. Mekies es ingeniero, gestor y diplomático: un perfil muy distinto al de Horner, pero adecuado para una etapa que exige reconstrucción y enfoque técnico.

Alan Permane, por su parte, asumirá el rol de Mekies en Racing Bulls. Se espera que ambos trabajen en conjunto para reestablecer el rumbo del grupo Red Bull de cara a 2026, año en que entrarán en vigor nuevos reglamentos técnicos y debutará el motor desarrollado en colaboración con Ford.

Max Verstappen: ¿la próxima ficha en moverse?

Uno de los interrogantes más importantes tras esta decisión gira en torno a Max Verstappen, actual cuatro veces campeón del mundo (2021–2024). Aunque tiene contrato con Red Bull hasta 2028, su entorno ha mostrado señales de inconformidad con la dirección del equipo. Se sabe que existe una cláusula que podría permitir su salida si ciertos elementos clave —como Helmut Marko— dejan el equipo.

Hoy, Verstappen ocupa el tercer lugar en el campeonato 2025, detrás de Oscar Piastri y Charles Leclerc, con una brecha de más de 60 puntos respecto al líder. Si bien aún no hay movimientos oficiales, los rumores sobre una posible salida en 2026, con Mercedes como posible destino, ya circulan con fuerza.

La salida de Christian Horner era inevitable. No por falta de resultados, sino por el desgaste institucional que generó su figura. En una estructura como la de Red Bull, donde la innovación y la adaptación son fundamentales, mantener a un líder cuyo liderazgo estaba siendo cuestionado por dentro y por fuera era simplemente inviable.

Horner supo construir una era, pero también quedó atrapado en ella. Su permanencia comenzó a pesar más de lo que sumaba. La decisión de removerlo no solo responde a temas éticos o políticos, sino a una necesidad urgente de retomar el foco, reenfocar energías y apostar por un liderazgo más moderno y colaborativo.

Ahora, Red Bull enfrenta un reto mayor: demostrar que su éxito no dependía de una sola voz. Y si Mekies logra construir una cultura más sólida, técnica y coherente, el equipo puede no solo mantenerse competitivo, sino iniciar una nueva era. Sin Horner. Sin excusas.

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