Carlos Alcaraz y Coco Gauff conquistan Roland Garros 2025 en un fin de semana legendario

junio 9, 2025

El Roland Garros 2025 ha llegado a su fin, y lo ha hecho con dos campeones que representan el presente y el futuro del tenis mundial. Carlos Alcaraz, con una de las remontadas más espectaculares en la historia del torneo, y Coco Gauff, cumpliendo un sueño que llevaba años visualizando, se consagraron campeones en sus respectivas ramas y escribieron sus nombres con letras doradas en París.

Alcaraz, una remontada para la historia

El español Carlos Alcaraz, de apenas 22 años, levantó su segundo trofeo consecutivo de Roland Garros y el quinto Grand Slam de su carrera al derrotar a Jannik Sinner en una final que duró 4 horas y 39 minutos, convirtiéndose en la más larga en la historia del torneo.

El partido fue un auténtico espectáculo de tenis, garra y resistencia física. El italiano Sinner arrancó más sólido, imponiéndose en los dos primeros sets con marcador de 6-4 y 7-6 (7-3). Todo indicaba que se acercaba su primer Roland Garros. Sin embargo, Alcaraz hizo lo que solo los campeones saben hacer: resistir.

Con un tenis agresivo pero también cerebral, el murciano se llevó el tercer set por 6-4, y en el cuarto set, con el marcador 5-3 a favor de Sinner, salvó tres puntos de campeonato, incluyendo un 0-40 dramático, para luego forzar el tie-break y ganarlo 7-6 (7-3). Esa remontada fue el punto de quiebre emocional del partido.

En el quinto set, ya con ambos jugadores exhaustos, Alcaraz sacó fuerzas de donde no había para quebrar en el momento justo y cerrar el duelo con un 6-3 final, alzando su segundo título consecutivo en la arcilla parisina y consolidándose como el mejor jugador del mundo en este tipo de superficie.

Además del resultado, el partido dejó momentos memorables: la corrección de un punto a favor de Sinner por parte de Alcaraz fue un gesto que le valió una ovación de pie del público. Su deportividad, temple y capacidad de lucha confirman que está llamado a marcar época.

Coco Gauff: París también es suyo

Un día antes, el sábado 7 de junio, la estadounidense Coco Gauff, de 21 años, cumplió el sueño que escribió en una libreta cuatro años atrás: “Voy a ganar Roland Garros 2025”. Y lo hizo con una actuación que mezcla talento, madurez emocional y determinación.

En una final muy disputada, venció a la número 1 del mundo, Aryna Sabalenka, con marcador de 6-7 (5), 6-2 y 6-4, en un partido que duró 2 horas y 38 minutos. Gauff se repuso de un primer set muy ajustado, en el que tuvo oportunidades pero cedió en el tie-break. Lejos de caerse, regresó al segundo set con una actitud imparable, ganándolo con autoridad.

El tercero fue más parejo, pero su capacidad de mantenerse firme en los momentos decisivos fue lo que marcó la diferencia. Su saque, consistencia desde el fondo de la pista y lectura del juego fueron claves. Al concretar su punto de campeonato, rompió en llanto y se fundió en un abrazo con el director de cine Spike Lee, presente en su box.

Este es el segundo Grand Slam de Gauff (tras el US Open 2023), pero sin duda el más especial. Es la primera estadounidense en ganar Roland Garros desde Serena Williams en 2015 y la más joven en hacerlo desde la propia Serena en 2002. En conferencia de prensa, Gauff confesó que en 2021 escribió en su diario que ganaría el torneo este año, y que todo su entrenamiento desde entonces había sido con ese objetivo.

Un cierre de torneo perfecto

La edición 2025 de Roland Garros quedará en la historia como una de las más memorables por muchas razones. Las dos finales se definieron en tres y cinco sets, respectivamente; los dos campeones salvaron puntos de partido en el camino; y tanto Alcaraz como Gauff demostraron que la nueva generación no solo ha llegado, sino que ya manda.

Este Roland Garros no solo fue una competencia deportiva, sino un festival de emociones, lucha, talento y determinación. Fue un torneo que nos recordó por qué amamos el tenis.


El tenis está en buenas manos. Carlos Alcaraz y Coco Gauff representan no solo una renovación generacional, sino una nueva forma de competir: con respeto, pasión y una intensidad que enciende a las gradas. París los vio crecer. Y ahora, el mundo entero los aplaude.

Carlos
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