Desde el Club de Golf Chapultepec, junto a nuestros aliados de Tee Time Klever, fuimos testigos de una jornada histórica en el LIV Golf Mexico City 2025. Joaquín Niemann volvió a escribir su nombre con letras doradas en territorio mexicano, conquistando por segundo año consecutivo el título en México y reafirmando su posición como uno de los grandes protagonistas del circuito alterno del golf profesional.
Con una tarjeta final de 65 impactos, el golfista chileno logró un total de -16 bajo par, sellando una actuación magistral y sumando su tercera victoria de la temporada, luego de sus triunfos en Adelaide y Singapur. Este resultado le permite mantenerse como líder absoluto de la clasificación individual y deja claro que el golf latinoamericano sigue creciendo a pasos agigantados.
Una batalla intensa en Chapultepec
La cobertura especial que realizamos desde el campo nos permitió vivir de cerca la intensidad de la jornada final. Bryson DeChambeau inició el día como líder, pero el recorrido del back nine se le complicó dramáticamente: un doble bogey en el hoyo 13 y un bogey en el 14 provocaron su caída en la tabla, reflejando en su juego una frustración que fue imposible ocultar.
Por su parte, Cameron Smith, quien también estaba en la pelea, fue perdiendo ritmo poco a poco hasta ubicarse en el T5, quedando fuera de la contienda directa por el título.
Mientras las figuras caían, Niemann mantuvo la calma, dominando el campo con un golf de altísimo nivel. Desde el tee mostró precisión absoluta, atacó los fairways con autoridad y su juego corto fue prácticamente perfecto. Además, en los greenes supo leer las caídas con maestría, firmando siete birdies y apenas un solo bogey en el hoyo 14.
Desde cada rincón del Chapultepec, fuimos testigos del temple, la técnica y la convicción con la que el chileno construyó su camino hacia la victoria.
Una conexión especial con México
Algo que no pasó desapercibido durante nuestra cobertura fue la manera en que la afición mexicana abrazó a Niemann. El cariño del público fue evidente, y el propio Joaquín compartió entre sonrisas algunos de los gritos que escuchó desde la galería: “¡Te los vas a chingar!”, algo que lejos de molestarlo, le dio fuerza y ánimo en los momentos decisivos.
“Creo que el mejor recuerdo de la semana, de hoy, es que terminé el torneo con Bryson y Cameron, y no sé si sea lo adecuado, pero me decían ‘te los vas a chin…’ y me da ánimo y risa. Los mexicanos son buena gente, me río harto con ellos. Teniendo a Carlos hay diversión y agradecido con México”, expresó el campeón con evidente aprecio.
Durante las entrevistas en campo, Niemann también destacó la energía única que recibe en cada torneo en México: “Creo que tiene que ver algo con los mexicanos, tiene algo que ver con eso. Juego muchos torneos alrededor del mundo y en México se ha repetido un patrón que no tengo en otros países. Tiran mucha buena onda y eso ayuda, te da ánimo y eso lo hace sentir bien a uno. Sentí el apoyo del público levantándome y ayuda mucho tener un público que te alienta”.
La conexión de Joaquín con México no es casualidad. Es el reflejo de un ambiente lleno de calidez, pasión y autenticidad que lo ha impulsado a brillar como pocos.
Un campeón que trasciende fronteras
Ser testigos de la victoria de Joaquín Niemann en el LIV Golf Mexico City 2025 no solo fue un privilegio para nosotros y nuestros aliados de Tee Time Klever, sino también un recordatorio de la nueva era que vive el golf latinoamericano.
La manera en que Niemann se impuso ante gigantes como DeChambeau y Smith, en un campo tan emblemático como el Chapultepec, confirma que estamos viviendo un momento histórico para el golf de habla hispana.
Más allá de su talento deportivo, Joaquín nos deja una lección de humildad, gratitud y conexión humana. Su carisma natural, su aprecio por el público y su capacidad para competir al más alto nivel hacen de él un verdadero embajador del deporte.
Cubrir el LIV Golf Mexico City 2025 fue una experiencia inolvidable. Ver a Joaquín Niemann triunfar de nuevo en México, sintiéndose como en casa gracias al cariño de la afición, es un testimonio vivo del poder del deporte para unir culturas y corazones.
Niemann no solo ganó el trofeo: ganó el respeto y el afecto de todos los que estuvimos allí. Y personalmente, creo que estamos presenciando el ascenso de una leyenda latinoamericana que seguirá dejando huella donde quiera que compita.
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