Costas mexicanas que reviven el turismo y cautivan al 25% de los viajeros.

A pesar de los retos enfrentados por el sector turístico durante la presente administración, México ha consolidado su posición en el mercado de viajes internacionales, particularmente entre los turistas estadounidenses.

De acuerdo con el informe del Centro de Investigación Avanzada en Turismo Sostenible, en el primer trimestre de 2024, México alcanzó una participación de mercado del 24.6%, superando los niveles pre-COVID-19. Antes de la pandemia, el país tenía una cuota del 20.6%.

Este incremento se atribuye principalmente a tres destinos costeros estratégicos: Cancún en Quintana Roo, Puerto Vallarta en Jalisco y Los Cabos en Baja California Sur, tal como señalaron Francisco Madrid, director del Starc de la Universidad Anáhuac, y Jorge Hernández, presidente de la Federación Mexicana de Asociaciones Turísticas (Fematur).

Estos destinos han mantenido un crecimiento constante en la llegada de turistas estadounidenses, además de contar con una infraestructura en constante desarrollo. Según Madrid, Cancún añade cada año un número de habitaciones equivalente al total de Huatulco, lo que genera beneficios significativos.

Hernández destacó que otro factor clave en el aumento de la participación en el mercado estadounidense es la posición de México en el segmento «todo incluido», ofreciendo una amplia variedad de opciones hoteleras a precios más asequibles que otros destinos internacionales.

La proximidad geográfica y la accesibilidad en vuelos también juegan un papel crucial en la elección de México como destino vacacional para los estadounidenses, subrayó Hernández.

Sin embargo, a pesar de estos avances, existe el riesgo de que México pueda perder terreno en el mercado estadounidense en los próximos meses. Esto se debe a la ausencia de un organismo público dedicado a la promoción turística durante el actual período administrativo, así como a los problemas de seguridad que afectan a todos los destinos turísticos, según Madrid y Hernández.

Estos factores están estrechamente interrelacionados, explicó Hernández, ya que la falta de una entidad pública de promoción turística también limita las acciones para abordar situaciones de violencia, como el reciente asesinato de surfistas en Baja California.