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Bovet Miss Audrey Sweet Art, la esfera más dulce

La esfera de un reloj es su rostro, una ventana que se abre al mundo. La primera impresión de la esfera puede suscitar atracción e intriga, avivadas por el resto de detalles.

La historia de la relojería nos ha regalado esferas de diferentes materiales que anhelaban diferenciarse. Metales preciosos, esmaltes, pintura en miniatura, guilloché, grabados, nácar, aventurina, esqueleto… En sus casi 200 años de existencia, Bovet 1822 ha esgrimido esto y mucho más.

Sin embargo, el Miss Audrey Sweet Art innova con un material y un proceso completamente nuevos para obsequiarnos con algo insólito en relojería. Una esfera fabricada con azúcar.

Foto: Bovet.

Los cristales de azúcar que recubren la esfera del Miss Audrey Sweet Art simbolizan la dulzura y la pureza. Además, constituyen una innovadora proeza en términos de ingeniería, materiales y pintura en miniatura, los sellos distintivos de Bovet.

Foto: Bovet.

Fruto de la imaginación y la pasión de Pascal Raffy, que este año celebra su 20 aniversario al frente de Bovet, el Miss Audrey Sweet Art toma este material y lo transforma con el objetivo de capturar la pureza del amor y del despreocupado capricho de un niño por los dulces.

El proceso de creación de esta esfera es extremadamente complejo. Primero, los cristales de azúcar puro se preparan para que su estructura no se altere al exponerse a la luz o al calor (no los cristales de azúcar no se derriten).

A continuación, los cristales se seleccionan por tamaño y se mezclan con una pintura especial. En último lugar, uno de los artesanos especialistas en pintura en miniatura de Bovet los aplica a mano sobre la esfera.

Se trata de un exigente proceso patentado donde no cabe margen de error. Cualquier paso en falso supondría empezar de nuevo.

Debido a su fabricación artesanal a mano, cada esfera es una pieza única. La propuesta de colores es variada, desde tonalidades sólidas a degradadas.

Foto: Bovet.
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El resultado es una intrigante combinación de textura y brillo, una esfera nunca vista en el sector de la relojería.

Las agujas son especiales, con un toque romántico y veleidoso, y su forma es única. Una vez por hora, cuando el minutero alcanza a la aguja de las horas, un sensacional corazón nos recuerda a nuestros seres queridos.

El modelo Miss Audrey, ganador en la categoría de relojes femeninos del Gran Premio de Relojería de Ginebra 2020, ha encandilado a coleccionistas de todo el mundo.

Su emblemática caja convertible Fleurier Amadéo presenta un diámetro de 36 mm y se declina en acero inoxidable con 103 diamantes talla brillante. Esta caja única y patentada se convierte en un reloj de pulsera, de mesa o de bolsillo sin necesidad de herramientas.

El Miss Audrey Sweet Art está equipado con un movimiento automático que late a una frecuencia de 4 Hz y brinda una cronometría ejemplar.

Para Bovet 1822, la medición del tiempo es un tipo de poesía, y el Miss Audrey Sweet Art aborda con romanticismo la alta relojería. Un reloj tan dulce como el azúcar.

Foto: Bovet.

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