Texto: Víctor Galván J.
Grégory Dourde, CEO de HYT, tiene una percepción muy clara sobre el tiempo. El tiempo fluye, tiene volumen y se refleja en un espacio. Se trata de ciclos y su representación nos tiene que mostrar el pasado, el presente y el futuro.
Y eso es lo que ha encontrado en los relojes que fabrican.
Platicamos con Dourde en el Salón Internacional Alta Relojería 2020 (SIAR), en el hotel St. Regis de Ciudad de México, la primera gran gala en el mundo relojero mundial en más de cinco meses, según nos comenta Grégory, quien no puede ocultar su alegría por mostrar las novedades de HYT.
“Fue un día largo, pero fantástico. Luego de seis meses de encierro por COVID, tenemos la oportunidad de viajar, de conocer gente y estoy muy contento de que el SIAR se pudo realizar, porque muchos salones fueron cancelados”, nos dice al comenzar la conversación.
Al ver cualquiera de los modelos de HYT, viene de inmediato una pregunta: ¿Por qué hacer un reloj así, que sea representado por un tubillo con un fluido, en lugar de manecillas?
— El 99.99% de los relojes tienen al menos dos manecillas y han hecho que esta industria sea fantástica, pero a mi me refiere al pasado. Toda la tecnología que está dentro de un reloj, viene de 200 años atrás, 300 años atrás, 100 años atrás, y cuando ves los avances que se han hecho, las complicaciones, el tourbillón, el GMT, el repetidor de minuto, el cronógrafo… y tomas a todas las marcas que están aquí reunidas, y todas hacen eso, y sólo eso.
“Las diferencias son estéticas, algunas veces los materiales, y es fantástico, pero no hay diferencias de cuando ves un reloj de 1850. Pero ya estamos en 2020, y de pronto vemos un cohete que sale de la Tierra, pone en órbita un satélite, regresa y aterriza de manera perfecta, es fantástico. Tenemos Inteligencia Artificial –que también podría ser peligrosa si no se monitorea-, vivimos en un periodo de luz, de invenciones. Me recuerda a esa gran revolucion europea, con las imprentas y las maquinarias… y ahora, tenemos y vivimos una gran revolución. Y es bueno ser parte de la historia. Y creo que vivimos en una nueva ola de avances”, dice Grégory a modo de preparación para la gran respuesta.
“Los relojes estaban atorados en la misma tecnología, con pequeñas variaciones. Mejorando en precisión, pero la misma tecnología, con otros colores, otros diseños en las carátulas, carbón, etc… pero necesitamos repensar desde el corazón. Apple lo hizo y se convirtió, en solo tres años, en el fabricante número 1 de relojes en el mundo”, explica.
Y de pronto, la respuesta que esperábamos: “Lo que ha sido exitoso en el pasado, no necesariamente tendrá que seguirlo siendo en el futuro, no. Y es por ello que decidimos hacer y crear el reloj del nuevo milenio. Hicimos tecnología que crea una nueva experiencia al usuario y se trata de eso únicamente. Mira a tu alrededor, las otras casas relojeras, son tan serias, tan aburridas, no, nosotros no, comunicamos la nueva modernidad”.
Es entonces cuando toma el nuevo HYT Flow,el gran lanzamiento para el SIAR y lo explica: “Nuestro display muestra una línea, donde puedes ver lo que ha pasado de tu día, y lo que te falta por vivir, tu futuro. Puedes visualizar tu pasado y tu presente… esa es tu percepción del tiempo, es intuitivo, es la experiencia humana del tiempo. Nos olvidamos de los números y las manecillas y somos intuitivos. Toma a Ferrari, a Lamborghini… sus tableros ahora son digitales, y sin manecillas, tienen líneas de colores que suben al acelerar. En tu iPhone, tienes tu medidor de actividad, que es igual de intuitivo, es exactamente igual… no se tiene que explicar al usuario para entenderlo, es humano”.
— ¿Por qué un líquido para representarlo?
— Escogimos un líquido, porque el líquido es vida, es tridimensional, es como un río que corre dentro del reloj, y la única materia que nos lo podía dar, es un líquido. Hace cinco mil años, el primer instrumento de medición hecho por el hombre, fue con agua. Se ponía en un recipiente, y en la base se hacía un pequeño agujero, la gravedad hacía que saliera el chorro, y siempre, sin variación, se tardaba lo mismo en vaciarse. Si el hoyo era más pequeño tardaba más, si lo hacías más grande, se vaciaba más rápido… ese es el fluir del tiempo. Por eso decidimos usar esa medición de tiempo, con un nuevo instrumento.
— ¿Buscan transformar la forma de “leer” la hora?
— Es el proyecto de HYT, transformar la percepción del tiempo, hacer relojes “cool”, lindos, divertidos. Mira nuestra novedad, el HYT Flow, donde una parte es líquido, y en la otra parte incorporamos luz, con una pequeña batería. Con un dispositivo mecánico que inventamos que crea la electricidad. Pero la batería es el humano, yo soy la bateria al dar “cuerda” al sistema que genera la electricidad. Al apretar el botón que enciende la luz, libero la tensión en un barril, que gira y crea la electricidad… al girar 11 mil revoluciones por minuto… todo dentro de un reloj.
— ¿Cuantas piezas tenemos de este modelo?
— Es una edición limitada de 25 piezas con el detalle de esfera de diamantes y 25 piezas con el detalle del “hoyo negro”.
Dourde sonríe tras presentarnos el Flow, y antes de despedirnos, suelta una frase que nos deja claro el papel del México en la escena de la Alta Relojería a nivel mundial. “Amo a México, porque la gente encaja con la marca. En Alemania, ni pensarlo, ellos buscan relojes tradicionales… y se extiende a varios países… en Francia no hay ventas, son muy tradicionales. En México la gente no tiene miedo de ser diferente, y cuando le presentas algo fuera de las grandes marcas, ellos lo aman, y lo quieren, no sé si sea cultural, pero es… disfrutan la vida. Ven más allá de las marcas tradicionales… (por ello México) está entre nuestros cinco países más importantes”.
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Y así, el tiempo no se ha ido, queda representado en un color distinto en el HYT Flow. El lapso que tomó llevar a cabo nuestra entrevista se ve, de manera tridimensional, en este peculiar guardatiempo. Y es entonces que las palabras de Dourde cobran más fuerza.
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