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Columna. Contemplando la ecuación
Por Jackie Mortera, Life & Executive Coach
www.jackiemortera.com
Una crisis es un cambio súbito o gradual que se transforma en un problema urgente que debe ser abordado de inmediato.
Puede suceder de distintas maneras y hay dos tipos según su categoría:
+ Los fenómenos naturales incontrolables.
+ Los desastres sanitarios y ambientales relacionados con una empresa.
Todas las crisis, ya sea que se relacionen con sucesos incontrolables, como la salud, la tecnología, los mercados cambiantes o las relaciones de negocios, tienen el potencial de afectar la reputación de su empresa, así como a sus resultados finales, su gente y, en última instancia, su capacidad para hacer negocios.
Aunque no existe una fórmula única y simple para eliminarlas, seguir etapas en la gestión de crisis hace una gran diferencia en el grado de éxito para manejar la situación.
- Prepararse para manejarla.
- Aprender de ésta.
No hay nada más infructuoso que tratar de solucionar un problema para alguien que no cree tenerlo.
No tendrá suficiente interés, no habrá dedicación de energía ni concentración para resolver algo en lo que no cree que le afecta. Y esto aplica para cualquier tipo de crisis, adicciones, entre otras.
Cuando las crisis no afectan directamente la vida, es más difícil saber cuándo se tocó fondo.
Las personas tenemos mucho miedo al cambio, a probar cosas nuevas; preferimos lo establecido, un terreno seguro o área de confort, aunque no corresponda al ideal que perseguimos.
El primer impulso ante un problema suele ser la negación, nos cuesta aceptar que fallamos y, aunque no haya sido por nuestra culpa, tendemos a pensar que pudimos hacer más para obtener otros resultados.
¿Qué debes hacer para trabajar esa crisis?
Abandona pronto el pasado
No puedes cambiar lo que ya ocurrió. Tienes que trabajar desde el ahora.
Nada se hace ni se hará en un tiempo diferente al presente, entonces es mejor no desperdiciarlo.
Concéntrate en lo que queda y no en lo que perdiste
Enfocarte en lo que tenías antes de la crisis sólo te hará más consciente de la pérdida y agravará el sentimiento de frustración. Eso te mantendrá analizando el problema y te impedirá ver cuál es la solución.
Para recuperarte realiza un inventario de todo lo que tienes, cuáles son los recursos físicos y económicos con los que cuentas ahora.
El problema no es la crisis, es el qué harás para seguir adelante. Aprovecha de que quienes pueden ayudarte, tu experiencia, tu buena imagen, los conocimientos que puedes aprovechar; también de las oportunidades que se presentan, lo que puedes hacer con todos esos recursos, a quiénes debes evitar y a dónde debes de ir; es decir, concéntrate en lo que te quedó, eso es lo que tienes.
Asesórate bien, busca expertos.
Es probable que no tengas todos los conocimientos, si pretendes hacerlo todo tú solo las posibilidades serán muy limitadas. Quizá no te alcance el tiempo, la visión con la preparación o quizá necesites ayuda de expertos.
Procesos ineficientes
Esto es gran parte del problema de la competitividad de una empresa radica: que algo funcione no significa que lo haga bien o como debiera de ser. No hay nada más ineficiente que hacer eficiente lo innecesario.
Considera a tu equipo
Uno verdadero es aquel en el que las personas que lo conforman son a la vez el perfecto complemento para la realización exitosa de una actividad, una con un creativo común claro y preciso.
No basta con que cada uno sea eficiente en lo que hace, debe serlo también en lo que aporta el objetivo del grupo y en la forma en cómo complementa a sus compañeros para alcanzar no sólo un beneficio individual, también el común.
Recuerda que el valor de un individuo no se mide por la ausencia de miedo, sino por su capacidad de sobreponerse al mismo y atreverse a intentarlo una vez más.
Si no resulta, lo reinventas y vuelves empezar. Recuerda que el éxito no se mide por el hecho de que jamás fracasaste, sino por una tasa de aciertos superior a la de tus decisiones equivocadas. Analiza dónde fallaste, corrige y abre tu mente, escucha con cuidado a quienes desean apoyarte y, finalmente, precisa qué hacer.
Puedes convertir una crisis en una oportunidad.
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